Metro de Caracas

Yo sinceramente pienso que los habitantes (y transeúntes) de Caracas tienen un switch en la nuca que dice: Modo Metro ON/OFF. La gente al segundo que pasa el torniquete se transforma en un ente violento e incapaz de pensar algo más allá de "YO PRIMERO Y LOS DEMÁS QUE SE #$%@N!".

Estaba yo hoy muy tranquilo abordando el metro en la estación Los Cortijos, dirección Propatria, a eso de las 4 de la tarde (casi hora pico). El andén presentaba pocas personas, lo cual me hace pensar: "Bueno, en el próximo tren entro cómodo", grave error. El tren que llegó a la estación estaba con tanta gente dentro de los vagones que incluso llegué a ver un pasajero con el cachete pegado a la puerta, había tantas personas que cuando la puerta se abrió uno de ellos salió prácticamente disparado hacia fuera del vagón. En la estación se bajaron 2 personas, se movilizó un poco la masa que estaba dentro y se creó un espacio por el cual pude acceder al vagón -ventajas de ser flaco-.

Dejando de lado la cantidad de personas en el vagón, la falta de aire acondicionado y el caballero que se encontraba detrás mio engendrándome un muchacho, el viaje fue sencillo; fue sencillo hasta la estación de Los Dos Caminos (una estación después de la que me monté en el vagón), fue en esa estación donde empezó "La Guerra del más Mamarracho". En esta estación no se bajó nadie del vagón en el que me encontraba -por supuesto el caballero detrás mio seguía en lo suyo- y las personas que estaban en el andén de la estación no tuvieron mejor idea que empezar a empujar a las personas dentro de vagón -bastante apretadas de por si- para así ellos entrar, cabe destacar que había señoras mayores empujando también. Esto solo llevó a que las personas dentro del vagón empujaran de vuelta a los que intentaban acceder, lo cual dio comienzo a una "guachafita" de quién empuja mas que quién por más tiempo -lo bueno es que eso hizo que dejaran de arrecostármelo-.

En este plan estuvieron -sin exagerar- unos 3 min. Uno se cayó, a otro le dieron un codazo en la cara, pisaron a una mujer con zandalias, se cayó el sweater de alguien, me golpearon una costilla y casi me sacan un diente. Las personas involucradas en este plan son personas que uno ve caminando por la calle con sus buenas pintas, con sus caras de "Yo no mato ni un mosquito", con su actitud de "Soy demasiado clase alta para que me mires" y son los primeros que están empujando, diciendo vulgaridades en voz alta y audible, recordándoles las partes nobles de sus madres y dándoles trabajo en las calles de Caracas a esas señoras.

Todo esto me hace pensar que la gente -en general, no todos- tienen un switch en la nuca que los hace volverse -como diría una amiga- "Animales con Cédula". Se vuelven "personas" violentas, agresivas, egoistas, violadoras e irrespetuosas. Hacen cualquier cosa por el bien de ellos mismos únicamente y sin importarles quién salga perjudicado en el camino. De verdad es un poco detestable porque obligan a las demás personas a tomar la misma actitud, lo quieran o no, porque sino terminan llevando golpes y pisotones sin derecho a quejarse, porque si se quejan pues empiezan los comentarios "Bueno, si no le gusta cómprese un carro pues", "Ah no, bien lindo la fresita esta quejandose de todo", etc.

Lastimosamente he tenido que crear mi parte agresiva y violenta para poder salir sin lesiones del Metro de Caracas, pero debo decir que evito en lo posible ponerme con esa actitud porque seguro termino cayéndome a golpes con alguien. Hoy no fue el día de usarla, me limité a proteger la base de mi espalda y mis pertenencias.

Metro de Caracas, el lugar donde dejas de ser humano y te vuelves (más) animal.

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